5 ago 2010

Los pequeños placeres

Hace un tiempo me fijé en que lo que verdaderamente nos hace felices (si es que existe ese estado físico y mental), son los pequeños placeres de la vida. Son circunstancias que normalmente pasan desapercibidas, momentos o sucesos que apenas llaman nuestra atención... hasta que nos damos cuenta de que son ellas las que dibujan la sonrisa que tenemos en la cara o el sentimiento de paz que nos invade.

Todo el mundo tiene su pequeño placer, a veces varios... yo me propuse hacer una lista mental de cada uno.

El deseo de hacer una entrada sobre este tema me surgió esta madrugada. Estaba hablando con mis amigos en el portal de la casa de uno de ellos sobre los sueños que habíamos tenido de pequeños, aquellos que se repetían y que marcaron una etapa en nuestras vidas. Nos reímos mucho, había algunos verdaderamente graciosos.

Fue entonces cuando me dí cuenta de que el último pequeño placer que había descubierto era el de recordar los sueños.

Es lo típico de cuando te despiertas después de una noche placentera, temperatura ideal, hora ideal, con la sensación de que has soñado algo genial, lo tienes en la punta de la lengua, pero se te escapa... se te escapa... Luego, a la tarde, hay algo que te recuerda un detalle del sueño y de pronto empiezas a revivirlo todo y sonríes con aire victorioso. Justo ese instante...

Mi lista mental cada vez es más larga, seguramente algún día la escribiré en un trocito de papel. Será como una especie de diario de ideas que guardaré como un tesoro. Cuando esté triste lo leeré, y me daré cuenta de que probablemente nunca nada me haga tan felíz como...

...Acurrucarme en la cama una mañana de invierno y ver en la ventana las gotas estamparse contra el cristal.

...Tomarme un colacao fresquito para merendar en verano.

...La primera lluvia de otoño, ver como caen las hojas, el olor a tierra mojada.

...Sacarle la lengua a un bebé mientras hago cola en el banco o en el cine, o cuando estoy sentada en un bar y ver su sonrisa.

...Decir algo al oído.

...Observar cómo los coches se apartan del camino para dejar paso a la ambulancia que se oye venir.

...Ponerme una rebeca al atardecer.

...Subir a mi azotea, estar sola, en silencio.

...Cantar el estribillo de mi canción favorita.

...Leer poesía.

...Tener una gran idea.

...Añorar un beso, recibirlo, darlo.

...Cocinar porque sí.

...Viajar en tren.

...Sentarme en el suelo después de haber ordenado mi cuarto para verlo bien.

...Pelar los pimientos asados que prepara mi madre, su olor.

...

...

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