Un día te levantas con el pie izquierdo. No nos damos cuenta, quizás si lo supiésemos le haríamos el gran favor al mundo de seguir durmiendo en vez de lavarnos la cara y echarnos a la calle, qué le vamos a hacer.
No se le dan más vueltas, algo va mal y no podemos arreglarlo, el día que se tuerce, se tuerce desde bien temprano hasta que nos dormimos, "mañana Dios dirá".
Nos dan malas noticias, nos salen las cosas mal, nos manchamos con las lentejas, nos deja de pintar el bolígrafo, nos entra una pestaña en el ojo, nos sale un grano en la frente, nos equivocamos de hora, nos llueve, se nos rompe el paraguas, nos sigue lloviendo, nos salpican los coches al pasar, sigue lloviendo...

Habrá que aguantar el chaparrón.
Por cierto, felíz San Corte Inglés.