Hoy llevo estudiando Neuroanatomía desde que me desperté, a pesar de no haberme tomado ni un descanso para ir a buen ritmo, sigo sin tener ni idea de lo que leo. Voy a repasarme el tema que me estudié hace dos horas y no recuerdo nada.
Tras tomarme una valeriana y meditar durante dos minutos (llamo meditar en este caso a echarme en cara lo idiota que soy al no haberme enterado de nada tras leer un párrafo de ocho líneas cinco veces), mi madre entra en mi habitación. La observo. La noto algo apurada, aunque no me dice nada sé que quiere preguntarme algo.
- Mamá, ¿te pasa algo?
- Sí hija mía, estoy oyendo la radio en el móvil y me está dejando sorda, voy a tener que quitarme los cascos porque a esto no se le puede bajar el volumen.
Tras inspeccionar durante un segundo el cacharro, le doy a un botón y el estrepitoso sonido cesa.
- Toma mamá, prueba ahora.
- ¡Pero qué lista eres!
Hasta cuando no se da cuenta me levanta el ánimo... Qué haríamos sin nuestras madres...
Tras tomarme una valeriana y meditar durante dos minutos (llamo meditar en este caso a echarme en cara lo idiota que soy al no haberme enterado de nada tras leer un párrafo de ocho líneas cinco veces), mi madre entra en mi habitación. La observo. La noto algo apurada, aunque no me dice nada sé que quiere preguntarme algo.
- Mamá, ¿te pasa algo?
- Sí hija mía, estoy oyendo la radio en el móvil y me está dejando sorda, voy a tener que quitarme los cascos porque a esto no se le puede bajar el volumen.
Tras inspeccionar durante un segundo el cacharro, le doy a un botón y el estrepitoso sonido cesa.
- Toma mamá, prueba ahora.
- ¡Pero qué lista eres!
Hasta cuando no se da cuenta me levanta el ánimo... Qué haríamos sin nuestras madres...