14 oct 2010

Esperanzas de vida y otras reflexiones en el bus


Aun habiéndome despertado tarde (6.45), ya que acostumbro a empezar el día media hora antes, ayer pude coger el bus que pasa antes del que suelo coger todas las mañanas. Me dio tiempo de estirarme en la cama, maldecir al despertador, maldecir a quien fuera que puso mi horario, mirar por la ventana para ver el tiempo que hacía, elegir la ropa, ir al baño, vestirme, tomar un café y salir volando.

Como decía, me aligeré más de lo habitual pensando que llegaba muy tarde, así que me dio tiempo de echar una carrera y alcanzar al bus de las 7.10 en vez del de las 7.20.

No tenía mi iPod y tampoco me había dado tiempo de coger el libro que me estoy leyendo. Así que ahí iba yo, sola en el bus, acostumbrada a tener entretenimiento, o bien de la mano de los compañeros que también viajan en él o bien por mis propios medios. Así que directamente miré por la ventana.

No pude evitar oir la conversación que mantenían dos mujeres de mediana edad. Hablaban de lo que parecía ser la nieta de una de ellas. Con quince meses nada más, podía repetir todas las palabras que oía casi a la perfección, y tenía unos ricitos negros que su madre con cariño le peinaba mientras ella tarareaba subida a un taburete, mirándose al espejo.

La abuela, como es natural, expresaba todo su amor y cariño por la chiquilla y solo podía pensar en lo lista, buena y guapa que sería su nieta en el futuro, por empezar desde tan pequeña a hablar, a relacionarse, etc.

No paro de pensar desde entonces en la cantidad de espectativas que tenemos. Cuántas ilusiones nos hacemos sobre la vida... Esa niña acaba de llegar al mundo como quien dice y ya tiene sin saberlo la "responsabilidad moral y vital" de hacer realidad lo que todos esperan de ella. En el caso de que no fuese así, es decir, si esa niña crece y resulta ser poco trabajadora, fea, tonta... ¿Qué pasará con las espectativas de su madre o su abuela?

Podemos soñar todo lo que queramos pero cuando todo eso va convirtiéndose con el tiempo en una realidad completamente diferente, se nos olvida lo que un día esperábamos de ello y nos hacemos menos exigentes. Si la niña sale fea, al menos podrá ser lista, si la niña no sale ni guapa ni lista, quizás sea buena, así sucesivamente.

Perder la ilusión no es tarea difícil, aunque parezca al contrario. Somos fuertes, resistentes, capaces de soportarlo, está en nuestra naturaleza, en nuestros genes, somos conformistas al fin y al cabo. Hemos soportado hambrunas, epidemias, glaciaciones... y qué si nos quedamos ciegos, y qué si nos quedamos cojos, se supera. Puede parecernos un mundo, de hecho, por minúsculo que sea, todo al principio nos lo parece, pero sin duda lo más admirable de nuestra especie, el tesoro más preciado que tenemos es la capacidad adaptativa, tanto física como psicológica...

...

La parte no tan mala de salir tan temprano del piso es ver las estrellas justo antes de que amanezca. El recorrido del bus abarca gran parte del paseo marítimo, así que me deleito mirando al océano, profundo e inquieto. Voy intuyendo el horizonte, cada vez más evidente por la luz del amanecer. Veo pequeñas luces intermitentes mucho más allá de la orilla, que supongo, son barcos pesqueros que aprovechan la última oportunidad que les brinda la noche.

Nadie baja del bus conmigo, sola en la calle comienzo a caminar. Sigue estando oscuro... las calles están vacías, seguro que si me sentase en la acera en vez de seguir oyendo mis pasos, todo se quedaría en silencio... no tengo prisa...

2 comentarios:

  1. yo podría haber sido perfectamente esa niña de ricitos negros (precisamente la genética me ha dotado de un laaargo pelo rizado) que sin ni siquera saber andar ya se sentía presionada por los demás para alcanzar grandes metas... Alimenté ese ilusión durante años porque me creía lo que me decían - que lista es la niña, que guapa, que graciosa...- pero a medida que fui creciendo me di cuenta de lo mediocre que era, de que nunca llegaria a satisfacer a unos padres que me habían preparado desde pequeña a destacar y ser la mejor en todo lo que eligiese (la mejor en los estudios, la mejor bailando, la mejor persona...)
    Menos mal que no conocen mi verdadero yo y que por suerte, se guardar las apariencias...

    Siempre te he dicho que esta entrada es una de mis favoritas.... Besitos carapann¡¡¡

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  2. Tú, hija mía, eres todo, menos mediocre. Espero que te guste mi nueva entrada.

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